En el mundo del triatleta cuando afirmamos que vamos a eliminar la carbonilla normalmente nos referimos a vaciarnos de los restos de lactato o microroturas del día anterior causados por una competición o bien un entreno largo o de intensidad. En mi caso hoy quería eliminar los restos de Jack Daniels del viernes noche, de la fiesta anual de los amigos del cole. Salgo dos o tres veces al año y suelo celebrarlo de verdad. No me gustan los términos medios en este tipo de celebraciones.
Grata sorpresa en el inicio del Vaticano, es decir, en el Rat Penat. Coincido con unas diez unidades de las ratas del Rat Penat. Hemos compartido ruta: Vaticano, Palau Novella, Sant Pere de Ribas, Sitges, Castelldefels, Gava. Si algo tienen en común estas salidas con las ratas es que los cuchillos estan muy bien afilados y la sangre acaba salpicandote siempre. El carcinero juega un rol dentro del grupo generando incentivos subliminales. El tipo de lenguaje utilizado por el carnicero acaba provocando la motivación del grupo, como si estuvieran batallando en el Tour de Francia y, la sangre hace siempre acto de presencia en la Maladona de las Costas del Garraf. Ohhhh Maladona. Bendita Maladona. Es en este punto donde sentiras que tu corazón puede salir por la garganta.
El carnicero, el de los guantes
Tres horitas de eliminación de carbonilla a ritmo alegre. Puro ritmo James Brown. Pensando que en menos de dos semanas me enfrentaré al primer objetivo del año: la Barcelona-Perpignan-Barcelona. Que ganas tengo de sentirme más libre ciclando durante más de treinta horas, una noche sin dormir, 630km, con 7500 positivos.
Sed felices y haced felices a los demás
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